Rompiendo el silencio

Vuelvo a escribir después de unos 4 años de autocensura ¿Las líneas antes escritas? son de aquellos días pero publicadas recientemente, fueron inmortalizadas en papel una noche de nostalgia con música y un cigarro en mano, ya no fumo –un año y contando-.

Los pondré al corriente. Es la primera vez que escribo para alguien más… bueno excepto cuando era reportera para un noticiero de TV local y un periódico.
Tengo 25 años y soy Lic. en Ciencias de la Comunicación lo cual me permite desempeñarme en casi cualquier sector –sólo quien tenga noción sobre el tema entenderá los alcances-. Trabajé desde el segundo año de mi carrera como reportera de política lo que me permitió conocer peces gordos -y uno que otro secretillo-; después fui coordinadora de medios en una campaña para la presidencia de Celaya y finalmente colaboré en un despacho de imagen y coaching mientras me especializaba en comunicación organizacional.

¿A qué me llevó lo anterior? Me perdí de fiestas ¡¡¡mega pedas!!! – Se me hace muy difícil relajar mi redacción- lo que me lleva a confesar que soy obsesiva en algunos aspectos, sin embargo, gracias a ello he disfrutado pequeños logros.

Hace un año huí rumbo a Chicago pero como ingenua principiante me fui con todas las de la ley y a casa de una tía lejana –muchísimo muy lejana- el resultado fue un enclaustramiento decembrino mientras me iniciaban como niñera de dos sobrinitos, nada que ver con la idea de perfeccionar el idioma, trabajar para sobrevivir, conocer otras culturas –algunos ambientes underground- y coleccionar momentos sublimes.

Actualmente trabajo como ejecutivo en un banco teniendo asientos de primera fila para catar esta inmunda crisis económica ¿cómo estaba eso de que era el sexenio del empleo? Que quede claro soy de candidatos y jamás militante… mmmmm… regresando a mi actividad actual debo confesar que espero me despidan muy pronto, es un empleo de alto riesgo, basta con asistir a los simulacros de bomba, incendio, asalto y primeros auxilios, cursos de riesgo bancario, prevención de lavado de dinero y fraude, también tácticas para prevención de secuestro –que también involucran a mi familia-. Ansío mi liquidación y la libertad para huir de nuevo pero ahora de deveritas, créanme es una decisión bien pensada y no tan planeada para darle lugar a la aventura e incertidumbre. Por lo pronto quiero recuperar mi vida, aprender a ser un poquito egoísta y por qué no ser un algo hedonista.

Lista de actividades que vienen a mí y debo recuperar: Ir al cine solita por lo menos una vez a la semana; echarme 1 hora de viaje en auto sin rumbo fijo; leer un buen libro; visitar amigos que no viven en Celayork; conocer nuevos lugares con buenas bandas de Rock Alternativo; ir a otro concierto de la escena del Metal y no tan underground como el de Chicago–después les contaré-.

Soy no menos complicada que cada alma en este planeta y por eso pago por sesiones de terapia psicoanalítica –ríanse pero con ganas-, la realidad es que mi mamá es psicóloga y mi papa médico por lo que le doy mucha importancia a la salud física y mental; además, necesito un punto de vista objetivo que me ayude a romper con ciertas barreras, “fantasmas sociales y familiares” que nublan la autenticidad e individualidad remplazándolas por sentimientos de culpa y frustraciones ¡¡¡quiero besar a alguien que me guste aunque no lo conozca!!! –por algo se empieza ¿no?... No le temo a la muerte o lo que viene después de ésta, le temo a dejar de vivir lo más intenso que se pueda.